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Tuesday, March 29, 2011

25 kilates dirigida por Patxi Amézcua

Abel (Francesc Garrido) es un tipo duro cercano a los 40 años que se dedica a cobrar deudas de una forma poco gentil en la ciudad de Barcelona. Con un buen sueldo, su sueño es llegar a retirarse con su hijo a una casa junto al mar. Por deseo del azar, Abel conoce a Kay (Aida Folch), joven veinteañera que se dedica a pequeños hurtos para sobrevivir en la ciudad condal y a la que él ayudará movido por un sentimiento de atracción-compasión después de un robo fallido. Abel, atormentado cada vez más por la muerte de su mujer en un accidente de tráfico, cae enamorado de Kay. El padre de Kay es anticuario y pésimo jugador de cartas, siempre pensando en dar el gran golpe que les solucione la vida. Este ratero de profesión con pésima suerte, liará a su hija para que le ayude con el último golpe que les proporcionará el tan deseado retiro. Los dos querrán engañar a la mafia policial que existe en la ciudad de Barcelona, pero algo les saldrá mal y Abel deberá de ayudarlos a salir del atolladero en el que se encuentran Padre e hija. La trama está muy bien llevada. El ritmo con el que se cuenta la historia es adecuado, predominando los planos de oscura iluminación que aportan intimidad y certeza a la historia. El director no obtiene tanto rendimiento de los planos con luz a mi parecer. Cada personaje está interpretado de forma correcta. Cabe destacar el trabajo de Manuel Morrón en el papel de padre de Kay, así como de la mayoría del reparto de actores y actrices en la película. Pero queda latente la falta de experiencia y aptitudes interpretativas de la señorita Aida Folch, que hace plantearme que es lo que vio el director Patxi Amézcua en ella. Otro gran error se encuentra ya en una escenificación concreta de la película. En la escalera de casa de los padres de Abel, donde un personaje desaparece inexplicablemente de escena. La película está rodada en dos Lenguas, catalán y castellano, reflejando la realidad lingüística de la capital catalana. Apuesta arriesgada por parte de su director, que al mismo tiempo le dignifica por su valentía a la hora de tomar tal decisión. En la escena cinematográfica española se está aceptando cada vez más que se cuenten historias en otras lenguas del Estado que no sean el castellano o como mínimo que convivan dentro de un largometraje. Este thriller fue galardonado con el Premio de la Juventud a mejor película, Premio Especial del Jurado al mejor director en el festival de Tudela, Premio como Mejor Película y mejor director en el Festival de Cine de Alcoi, Premio al Mejor Largometraje en la Semana del Cine en Medina del Campo y Premio en la Sección Oficial de cine de Málaga que avalan esta película, cuanto menos entretenida.