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Monday, October 20, 2014

El brindis Remixed: fotografía y pulque ¡Salud!






—Ahorita que te levantaste, me acordé de una cosa —dijo—. De que mi comadre Flaviana no tiene nada aquí —siguió diciendo, mientras se tallaba el pecho—. Ahora que si los tuviera como tú, a lo mejor estarían llenos de pulque, así que no le servirían de ningún modo para engordar a una criatura.



Juan Rulfo escribió este fragmento en 1940 como parte de la novela El hijo del desaliento. En él se ejemplifica la crónica de su tierra nativa —sur de Jalisco, México—, una tierra en proceso de larga agonía, con pobladores subsistiendo en una comarca polvorienta y melancólica, donde los elíxires del agave, para bien o para mal, son parte intrínseca de esa cultura nativa.




Actor de La escondida entre magueyes. Foto de Juan Rulfo
Muchos saben que Rulfo, además de escritor, fue excelente fotógrafo; y aquí es donde fuimos testigos de la noche cultural que los reunió a todos en la ciudad de Denver la semana pasada. La exposición de otoño, titulada El brindis Remixed, fue inaugurada por el Museo de las Américas, en colaboración con el Centro Cultural Mexicano y 
Consulado Mexicano de Denver.

La exhibición —estará abierta al público hasta el 16 de enero de 2015— cuenta con fotografías desde finales de siglo diecinueve a comienzos del siglo pasado, dando una mirada alegre a la bebida del pulque, el mezcal y el tequila, dentro de la cultura mexicana.




Pudimos disfrutar —por suerte, muestras de fina tequila incluidas— de trabajos fotográficos de artistas mexicanos de la talla de Agustín Víctor Casasola, Graciela Iturbide, Juan Rulfo, Gabriel Figueroa, Mariana Yampolsky, Manuel Ramos y otros creativos que formaron parte del círculo íntimo de amigos personales de Frida Kahlo y Diego Rivera.

En el año 2000 la exposición se exhibió en París para la celebración del Milenio y ahora se está presentando, por última vez en los Estados Unidos, aquí en Denver.

“Todas las fotografías son sacadas de los negativos originales. Ha sido un trabajo arduo de selección, investigación y preservación; sin contar con la gran responsabilidad de estar a cargo de este tesoro cultural y fotográfico único.”

Nos dijo Elia del Carmen Ramírez Bocardo, curadora y directora general del Archivo Fotográfico Manuel Ramos, acervo compuesto por más de once mil fotografías y documentos que retratan las primeras cinco décadas del siglo XX en México y que permaneció prácticamente inédito —al reguardo de familiares del fotoperiodista Manuel Ramos (1874-1945) desde su muerte hasta los noventas—. 


El Archivo Fotográfico Manuel Ramos se fundó con el objetivo de conservar y difundir la obra de este testigo de la historia mexicana. Este archivo ha sido el principal proyecto del espacio cultural  La casa de los árboles de Apizaco A.C., de la capital mexicana.






En esta oportunidad, la exhibición fotográfica para Denver —muchas pertenecen al patrimonio del Archivo Casasola, fundado por los pioneros del foto-reportaje, Agustín Víctor Casasola y Miguel Casasola— tiene como tema central las bebidas alcohólicas producidas a partir del maguey, o “árbol de las maravillas”, en su variante conocida como agave. Los conquistadores españoles obtuvieron elixires aun más concentrados y poderosos que el aguamiel y el pulque, utilizando la misma materia prima con la que los indígenas preparaban un licor que llamaban mezcalli, mediante el cocimiento del corazón de aquellas plantas, destilándolas en rudimentarios alambiques, haciéndolas las bebidas más populares en el Nuevo Mundo y con el paso de los años devendría en un emblema de la mexicanidad.






 Antes de eso el pulque fue el embriagante más antiguo, producido por las generosas plantas del maguey. Ese “jugo”, el líquido que ya fermentado acompañaba las celebraciones de los mexicas, producía una embriaguez que consideraban como un regalo de los dioses. Por más de tres siglos fue tradición que el pulque fuera de los llanos del altiplano y las pulquerías de la capital. Aunque para mediados de los años cincuenta todavía había en la ciudad de México más de un millar de pulquerías, ya no había nada que impidiera el triunfo de la cerveza. Fue entonces cuando las nuevas clases trabajadoras, los obreros y oficinistas prefirieron el convenio comercial y cultural entre las cantinas y las compañías embotelladoras.

Así pues, el Museo de las Américas de Denver, el Consulado de México en Denver y el Archivo Fotográfico Manuel Ramos, a través de sus directores y voceros, los invitan a no perderse esta oportunidad única de enriquecer y apoyar el acervo cultural latinoamericano.










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